viernes, 10 de julio de 2015

El chiste de algún genio

El paisaje todavía conserva su encanto.
Se interpreta esto por el volumen
que tienen los árboles y el porte de los
autos. Van calmos
con sus terminaciones perfectas.

Están hechos para llevar mujeres
con sweaters fucsias, pienso.

Los restaurantes simulan una alegría
que es bastante lograda.
No se extraña nada de las miserias
que circundan las columnas de las facultades
llenas de carteles en favor de un voto.

Donde hay demasiada exigencia
si hay recurso, se instala el brillo, calculo.

Los turistas son seres con vocación
por el conocimiento. De ese modo
se definen frente a los guías.

Las grullas son seres de lo más logrados
en su estética china.

Es que los chinos tienen ese sentido
de la plasticidad que estos pájaros imitan.

Siempre que hay riqueza, en estas latitudes,
se ubica la pobreza para recordar a todos
que lo impecable tiene un costo. Un lado
B. Un corte a favor de algo todavía más profundo.

En este caso no dudo de que un rancherío
debe estar cerca. Es condición de estos
lugares vidriados en donde la gente
ríe y come, y bebe y sueña que el fin
del mundo fue el chiste de algún genio.



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