jueves, 9 de julio de 2015

La nueva película


A la salida de las iglesias
siempre las fuentes y a la vez
la obsesión y los quioscos con todo
tipo de cosas útiles y a la vez
las paradas de colectivos y por supuesto
los taxis que avanzan con lentitud
y los afiches con sus proposiciones
a los efectos de lograr un poco más
de cosas que establezcan cierta idea.

Esas viejas que piden para sobrevivir
le parten el corazón a más de uno.

Lo contrario a los flacos que buscan
el pan con los objetos que robaron,
dicen en la esquina los señores
que esperan el rojo para cruzar.

Las torres con el tiempo han logrado
fascinarme. Lo mismo las subidas
y las bajadas que tiene la ciudad.

No es de extrañar que las mejores
construcciones pertenezcan a lo público
en la medida que la pertenencia es el motor
del progreso, escucho o me lo invento.
No estoy seguro.

Las flores en las plazas
duran bastante poco.

Lo contrario de lo que pasa
en ciudades más prósperas.

El final de los imperios
trajo todo tipo de nuevas fábulas.
Y las chicas ahora duermen
a la espera de más noches de baile.
Lo mismo los chicos que sueñan
con abrazarlas y después entrar
con ellas al cine a ver una
película que muestre un poco más.

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