Un lugar
donde al fin uno puede
relajarse
y no asumir ningún compromiso
con algún
tipo de competencia que nos fuerce
a demostrar
algo que no somos del todo pero que
quisiéramos
ser porque otros nos lo han pedido.
Los pájaros
de un modo extraño han crecido
y sus
colores se han vuelto todavía más fantásticos.
El lago
tiene también un tono excepcionalmente turquesa.
Y las palabras
que uno puede decir son las mismas
que las
que pronuncia el prójimo. Al fin no hay
diferencias
destinadas a volvernos mejores
en algún
sentido posible. No hay pertenencias
que
justifiquen un lugar de seguridad
de confort
o certeza que nos brinde
un punto
de contacto con una ilusión.
Un cisne
se ha largado.
Nada por
el lago ahora.
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