Te esforzás por lograr un tipo de perfección
que siempre se te escapa porque el talento supremo
es cosa de dioses, y los dioses señalan a unos pocos elegidos
que luego, en un campo de rosas fervientes,
caen fulminados por la potencia creativa
que los arrastra a creerse hijos de esos dioses
que, porque disponen de tanto tiempo ocioso, juegan con ellos.
miércoles, 15 de febrero de 2017
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