Ahora que todo eso pasó y ya no hay que volver
a sufrir por eso ni por tantas cosas más que por fin
perdieron su importancia una luz, en verdad gloriosa,
ha irrumpido en escena, y unos caballos, tímidos,
comenzaron a llegar a la orilla, y seguramente en
unos instantes empezarán a beber el agua
que a nosotros nos permite flotar.
jueves, 2 de marzo de 2017
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