Esa energía que fluye por toda la planicie
y nos impulsa a desearnos y a la vez,
de una manera extraña, punzante y persistente,
a neutralizarnos para que la pasión que está en nosotros
llegue a un punto más allá de nosotros mismos
y nos abandone para ser parte de una ceremonia
capaz de ofrendar eso que ardía
y que ya más sosegado, ahora está donde
deseaba estar y no lo sabía,
las venas del mundo, el universo enfrente,
mudo, maravilloso y amenazante
que permanece en su constante cambio.
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lunes, 13 de marzo de 2017
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