Quisiéramos tener un limón cerca para hacer con él
un jugo dulce que a la vez tendría el toque agrío
necesario para que las bandadas
que van por el cielo de todos los continentes,
sigan hasta encontrar esa paz escondida en nosotros
que todavía no aflora, porque la voluntad exige y exige,
y nosotros, que vamos como un rebaño,
no tenemos todavía la astucia de persistir lo suficiente.
Pero falta poco, nos decimos, y seguimos
por montañas que alojaron rebeliones
que hoy están sepultadas en un tiempo
que orgullosos llamamos pasado.
jueves, 25 de mayo de 2017
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
De pronto
De pronto, todo en mi vida era perfecto. O tal vez, ideal en el sentido de que era todo lo que debía ser. Y cuando digo todo, hablo tambié...
-
Creo que es mejor que les cuente un poco de Carola. Una premisa que no es sencilla porque mis percepciones cambiaron con los años de manera ...
-
Vuelvo de la playa abrumado. Y lo peor no es esa sensación tan grande, lo peor es cuando la realidad te persigue y te alimenta: hoy iba por ...
-
Y desmoronado como estaba recibí el lazo sagrado. Entró en mí el juguete voluptuoso de Flavia. Y cuando entró, empecé a sentir un dolor que,...
No hay comentarios:
Publicar un comentario