Quisiéramos tener un limón cerca para hacer con él
un jugo dulce que a la vez tendría el toque agrío
necesario para que las bandadas
que van por el cielo de todos los continentes,
sigan hasta encontrar esa paz escondida en nosotros
que todavía no aflora, porque la voluntad exige y exige,
y nosotros, que vamos como un rebaño,
no tenemos todavía la astucia de persistir lo suficiente.
Pero falta poco, nos decimos, y seguimos
por montañas que alojaron rebeliones
que hoy están sepultadas en un tiempo
que orgullosos llamamos pasado.
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jueves, 25 de mayo de 2017
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