Hay como una ausencia, que ha sido muy deseada,
y que hoy, después de tantos días de lluvia,
deja entrever la tenue fascinación
que tienen los plumerillos
cuando se mueven en respuesta
de una espiritualidad reclinada
por un paisaje captado
en la misteriosa medida que convierte
a los voluptuosos árboles
en una instancia levemente revelada
que baja de las filosas alturas
para convertirse en la causa primera
de nuestras impresiones aquí abajo.
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