miércoles, 16 de mayo de 2018

En busca del mar


Supongo que en un principio las cosas y todos nosotros
estábamos en silencio y en ese lugar de nieve podíamos
sentir nuestros latidos como quien siente una calma
cercana a un estado de suficiente quietud capaz de evitar,
gracias a la impasible figura de un junco, las desgracias
y así los vaivenes quedarían sepultados en la dignidad
que tiene la muerte en los cementerios al costado
de los pueblos en donde ni siquiera corre
el recuerdo de un río en busca del mar.

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