Son tantas las preguntas y tan
pocas las respuestas.
¿Ocurre algo en especial cuando
finalmente
vislumbramos, si es que llegamos a
tanto,
el final abierto que cierra
nuestros ojos?
¿Y hay quienes en ese punto todavía
no logran distinguir nada que los
justifique?
Tengo tantas preguntas más que
podría hacer
si me quedo mucho rato, acá, bajo
las estrellas,
a la espera de que Dios me responda,
esa figura que desde chico escucho
nombrar,
y que quién sabe cómo es, si es que
existe,
y si existe, vaya uno a saber si es
uno o varios,
si se trata de un estado imaginable,
o es si tiene algún grado de
consciencia absoluta.
Seguramente, concluyo, se trata de
una idea más
que uno puede elegir para moldear.
Y mientras tanto, los grillos
cantan, y los camiones,
a lo lejos, entre los campos, pasan,
se perfilan
con sus rugidos a través de un frío
impecable,
y los animalitos, nocturnos, en los
potreros,
siguen en su búsqueda, como yo,
que de cierta forma no dejo de ser
un bicho,
echado en el querido pasto,
deseante y rico en temores y expectativas.
deseante y rico en temores y expectativas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario