miércoles, 1 de agosto de 2018

Valle Sagrado, Cuzco


Por pueblos y campos celebramos
talentos que decimos vienen de dios
o de algún ser superior que nos guía.

Deseamos encontrar una certeza
que nos justifique 
en un terreno pedregoso.


Cada mañana vemos plantas,
animales festivos y montañas altas.

Por las noches ciertos sueños
confirman nuestra angustia. 

Escenas que debemos sosegar
en procura de un anhelo de permanencia
que exige empeño y suavidad.

Las definiciones de las cosas 
no alcanzan a desarrollar sobre el escenario 
el impecable control que buscamos con tanto énfasis.

Debemos entonces descansar.
Instantes donde los sentimientos nos acercan
a una puerta donde la luz podría dejarnos ir
sin reparar en los efectos del tiempo.


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