miércoles, 8 de agosto de 2018

Escenario lejano


Vamos impulsados por el aliento
de monstruos que habitan 
lejanos y fríos mares.


Quisiéramos descansar encima 
de los deseos que nos abruman.

Y dormir sin otra paz que una certeza esquiva
pero suficiente para nosotros mismos.

Por momentos no sabemos bien
si alguna vez seremos capaces de detener 
esa obsesión por diferenciarnos
de otros tan iguales a nosotros.

Pero confiamos más allá de los esmerados artificios
que usamos para tapar nuestros límites.


Un río. Un cuadro color miel,
un conocido trecho que se va a extender más.

O la inquietud de un día 
que se abre a un espacio inédito.



No hay comentarios:

El mundo bíblico

  Ese día estábamos en la orilla del río a un costado de los silos, justo en la curva donde se ven unos juncos. En las cúpulas de chapa unas...