Y lo mismo con todos los elevados destinos, ideas, sistemas, formas
y estrictos parámetros que podrían volvernos más bellos, sabios o admirables.
Y nos fuimos al río a contemplar el agua pasar, y un montón de aves
estaban con nosotros, y al igual que nosotros se posaban sobre el pasto,
sentían -imaginamos- su blandura, su -de alguna forma- inocencia,
y nos reímos en la medida que nos permitió ese tiempo.
Una cálida tarde de inverno. Y cuando la luz se iba,
aparecieron las estrellas, miles, incontables, mudas.
Y las miramos buscando darle un sentido importante
y exacto a ese momento, y nunca estuvimos seguros de nada.
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