Ahora mi pulso se volverá amable y tranquilo,
una rosa blanca que se deleita con el rocío,
y esas cosas que tienen la forma
de máscaras africanas colgadas
de una pared con humedades,
se irán esfumando como les pasa
a esas fotos antiguas, que ahora nadie mira,
porque su imagen perdió el encanto
que te otorga el convocar a los otros.
Y dormiré en paz
acunado por sensaciones de amor
que otros tuvieron y por arte de magia
dejaron a mi lado.
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lunes, 18 de marzo de 2019
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