La disposición para adentrarnos en vetas, caminos y secuencias, ensayos que realiza la mente, tal vez lo más pequeño y potente de ella, su función más íntima y valiosa -que no todos los seres humanos disponen en igual medida-.
Ella, que es capaz de tomar las secuencias, no ya de su propio pensamiento, sino de los devenires del mundo, esos que entrelazan las cosas y crean realidades, las más profundas, las que van como ríos de lava invisibles por el espacio y determinan la forma de los acontecimientos. El molde creativo del universo.
Sí, la inspiración a veces puede captar eso: pequeños atisbos de un algo -como ella inmaterial- pero mucho más grande.
Archivo del blog
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
El examen
Optamos con mi hijo por ir a desayunar afuera, justo en la mesa que ocupa el vértice entre la galería de un costado y mira de frente a la s...
-
El genio rockero me miró con sorpresa y después, víctima de cierta discordancia, tentado, me respondió: “Okay my lord”. Se volteó y preguntó...
-
Una vez levantado de la siesta, y luego de quedarme mirando el techo un buen rato, decidí que lo mejor sería terminar algunos dibujos que te...
-
Viajo junto a un hombre pequeño, de mirada afable, con un gesto de humanidad comprensivo con el prójimo. O al menos lo supongo cuando lo s...
No hay comentarios:
Publicar un comentario