miércoles, 1 de abril de 2020

Escribir para el otro

Me acuerdo que así, con este poeta consagrado, conocí a otros poetas, la mayoría jóvenes estudiantes o licenciados de la facultad de filosofía y letras, algunos pocos ya profesores, que comenzaron a ser mis puntos de referencia, siempre lejanos, siempre inalcanzables, porque mi tiempo, mi formación y sobre todo mi verdadero ser pensante era diferente. No había manera, la mayoría de la veces, de que yo fuese capaz de hilvanar discursos, silencios y conceptos de la manera que ellos lo hacían, con la prestancia intelectual, que ellos desplegaban, con esos modos retorcidos pero a la vez, a fin de cuentas, certeros.

Había un tema que nos distanciaba y ese tema tenía que ver, sospecho, con un oficio.


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