Hubo un silencio en todos lados que se fue extendiendo hacia las profundidades de la tierra y, partir de ese silencio, las cosas empezaron a transcurrir de manera más calma y suave, y los pájaros, los peces en los ríos, las mariposas en el aire, los gatos en las calles y las ardillas en los árboles, empezaron a ir un poco más lejos, día por día, hora por hora, y después minuto a minuto, hasta que la tierra comenzó a teñirse de las escenas que habíamos visto en la infancia, en los libros de aventuras, o en libros muy antiguos, y desde esas escenas nosotros mismos empezamos a soñar con otras vidas, con otros años, y después nos centramos en los días, en sus horas, en sus minutos, y de a poco nos fuimos sosegando como quien hace la plancha en el mar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Casi enseguida
Frente a una vidriera comentabas: Ese cuadro no es abstracto. Si lo ves bien, habla de unos pantanos donde una cigüeña mira los cuer...
-
Creo que es mejor que les cuente un poco de Carola. Una premisa que no es sencilla porque mis percepciones cambiaron con los años de manera ...
-
Vuelvo de la playa abrumado. Y lo peor no es esa sensación tan grande, lo peor es cuando la realidad te persigue y te alimenta: hoy iba por ...
-
Y desmoronado como estaba recibí el lazo sagrado. Entró en mí el juguete voluptuoso de Flavia. Y cuando entró, empecé a sentir un dolor que,...
No hay comentarios:
Publicar un comentario