Hace años que no escribo y esta vez
pienso en escribir algo en el frío con la ayuda de un palo.
Escribo cosas en un idioma extraño que no reconozco
pero la caligrafía -que es lo que me interesa-
es gloriosa. Se trata de un idioma
que tiene trazos simples,
dibujos infantiles que arman
un paisaje delicado
y al mismo tiempo claro.
Sonrío. Unos patos pasan graznando,
el viento mueve apenas los árboles,
el sol aparece en el horizonte.
El recuerdo de tu cara cuando eras joven está conmigo,
y yo estoy con vos.
Nada de lo hermosamente vivido volverá a pasar ya.
Y sin embargo ahora estoy bien.
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