sábado, 6 de junio de 2020

Grandes fieras al acecho

Voy en bici por el campo 
mientras anochece. 
Al silencio, lo interrumpen 
los perros.

Los ladridos en el medio de la nada 
y en todas partes, me crispan los nervios. 

Las noches de luna llena
-y hoy hay luna llena- alteran 
los nervios de los perros

y ellos los míos.

El caso es que la luna 
es fantástica, y los perros 
están lejos.

De manera que me concentro 
en la luna, en el campo
y en la manera de no pensar.

Un tema recurrente 
que no domino.

Unos pocos segundos 
alcanzo a concentrarme 
en lo que veo y escucho, 

y enseguida un pensamiento 
viene,

-mi mente no descansa 
porque no tiene el hábito-.
 
Pero esta vez 
el impulso continúa 
porque la luna arriba
ilumina el camino 
y a mi cuerpo.

Así que dejo la bici 
y sigo mientras 
unas vacas a los costados 
andan entre los cañaverales,

y el ruido que hacen 
-como si fuesen fieras 
acechándome- 
me mantiene concentrado
en la paz que permanece.

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