Cuando por sobre las aguas heladas
algo que podemos llamar corazón grandioso,
se alce para que lo veamos bien de una vez y para siempre,
díganle que no lo haga, díganle que no es necesario.
Díganle que no se adentre en nuestra memoria,
y desde ahí pretenda regentear nuestros días.
Díganle que ya están listos para oír cosas
que todavía no han sido dichas.
Díganle que solamente el dolido corazón de cada uno
las dirá ahora de una vez y para siempre.
Y tengan muy en cuenta que lo hará
según la naturaleza de cada uno.
miércoles, 15 de julio de 2020
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