Esa manera cariñosa de mirarnos,
esa forma de dotar a los surtidores de nafta
de la fuerza necesaria en la estación de servicio
abandonada y nunca perdida del todo,
nunca lejos de las hortensias que estuvieron,
como te debes acordar, en el recuerdo
de esos días alrededor del lago.
Tenía cisnes ese lago
y el tipo de rasgos románticos
que aprendimos a adorar en las colinas de Baviera
sin haber estado ahí más que dos o tres días.
Había una fuente cerca con una estatua
de un coloso y la mirábamos.
Todo eso está ahora
en el cuadro que vemos cada día.
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viernes, 10 de julio de 2020
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