lunes, 6 de julio de 2020

Nos vemos en Laponia

Son las dos de la mañana ahora.
Hace frío y el cielo trae una suave garúa.
Después de ver un policial en Netflix,
busco en Wikipedia cuánta gente vive 
en Laponia.

Me gustaría verte en Estonia alguna vez
porque me gustaría recordar esos días de días,
tardes de verano en que pasaba un viejo
muy viejo en una bici, durante la siesta,
y gritaba Laponia, helados,
y nosotros corríamos con los billetes en la mano
-nos habíamos preparado bien para eso momento-,
comprábamos los helados de crema
y los tomábamos felices en el trampolín de la pileta
que para mí tenía agua siempre helada, límpida y celeste
y fundamentalmente querida.

Vos me mirabas poco mientras
tomabas parsimoniosa el helado,
y esas pocas miradas para mí
era un montón, y eso ahora es 
más de lo que era entonces.

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