Salimos del azul para adéntranos en el verde
y después en el blanco y enseguida
la fascinación del magenta
y así vienen el violeta y el amarillo dorado
y enseguida las formas. Así se perfilan,
hablo en especial de los pinos, oscilantes, altos,
y árboles desconocidos podados, mucho más enanos,
fascinantes junto al cartel.
No habrá milagros hoy, decía ese cartel.
En el fondo estaba el cielo.
Y por todos lados, familias deseosas de airearse.
Era el mediodía de un domingo.
Lo quiero pintar ahora.
Y lo quiero pintar
porque lo vivido esa tarde debió
quedar en muchos lugares.
No solamente en nosotros.
Todo eso merece elevarnos
mucho más de lo que estamos.
Toda esa tarde en ese lugar
debió haber sido puesta en algún
tipo de iglesia para que muchos,
en el entendimiento de lo vivido,
adoren como nosotros ese día
y ahora, y por mucho tiempo,
al igual que nosotros,
se den ánimo, amor, fuerzas.
Y se lo cuenten unos a otros.
miércoles, 1 de julio de 2020
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Casi enseguida
Frente a una vidriera comentabas: Ese cuadro no es abstracto. Si lo ves bien, habla de unos pantanos donde una cigüeña mira los cuer...
-
Creo que es mejor que les cuente un poco de Carola. Una premisa que no es sencilla porque mis percepciones cambiaron con los años de manera ...
-
Vuelvo de la playa abrumado. Y lo peor no es esa sensación tan grande, lo peor es cuando la realidad te persigue y te alimenta: hoy iba por ...
-
Y desmoronado como estaba recibí el lazo sagrado. Entró en mí el juguete voluptuoso de Flavia. Y cuando entró, empecé a sentir un dolor que,...
No hay comentarios:
Publicar un comentario