lunes, 31 de agosto de 2020

Campo intrigante

Vamos con mi hijo en bici al campo.

Las forma de las nubes se vuelven más inciertas 

en la medida que se juntan unas con otras.


Las razones de los vuelos de los chimangos 

hacia los grandes eucaliptos, al caer la tarde, 

siguen siendo un misterio. Del mismo modo 

que me intriga la fuerza guardiana 

de los teros durante la noche.


Como me intrigan la mayoría de las cosas 

que ocurren en torno al paso del tiempo, 

la muerte, la consumación de los encuentros

extraños que después, la verdad, 

nadie puede relatar bien.


Los sueños también. 

Los sueños son de lo más extraños. 

No está claro cuáles son 

las razones de la mente para hacerlos rodar.

Como no está claro 

cuáles son las funciones que nos empeñamos 

en desarrollar durante la vigilia 

cuando los pájaros alzan su voz. 

No hay comentarios:

El palacio medieval en la montaña

  Esa noche el aire templado en la noche quieta ampliaba el canto de los grillos, los plumerillos casi no se movían y en mi cabeza el camino...