Vamos con mi hijo en bici al campo.
Las forma de las nubes se vuelven más inciertas
en la medida que se juntan unas con otras.
Las razones de los vuelos de los chimangos
hacia los grandes eucaliptos, al caer la tarde,
siguen siendo un misterio. Del mismo modo
que me intriga la fuerza guardiana
de los teros durante la noche.
Como me intrigan la mayoría de las cosas
que ocurren en torno al paso del tiempo,
la muerte, la consumación de los encuentros
extraños que después, la verdad,
nadie puede relatar bien.
Los sueños también.
Los sueños son de lo más extraños.
No está claro cuáles son
las razones de la mente para hacerlos rodar.
Como no está claro
cuáles son las funciones que nos empeñamos
en desarrollar durante la vigilia
cuando los pájaros alzan su voz.
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