Noche roja y también noche negra,
feliz en la tempestad que venera.
El mar está igual.
Ese mar se daba el lujo de dormir para nosotros.
Debemos volver. Quiero estar en paz conmigo
y después con vos.
Estabas al costado de la ruta.
La estación de servicio la veo intacta.
Los eucaliptos de siempre.
Me gustan esos árboles,
lo digo siempre.
Quiero decir lo que sea preciso.
Quiero ver las manos de los
que se mueven, esos a la espera.
No es necesario decir nada ahora.
No es necesario pensar en los peces.
Lo que hacen lo sabemos:
nadan, nos miran detrás del vidrio
pareciera que se van a detener
y siguen.
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