Se levanta a la mañana
con la misma sensación tan conocida,
un malestar indefinido
que anida en él de chico y no sabe bien
a qué responde y mucho menos cómo
se puede solucionar y, por otro lado,
ahí están los pájaros saltando por lo más verde del pasto
involucrados en un mundo que se acomoda
a sus propias posibilidades.
Ellos, sin saberlo, le ofrecen que haga lo mismo.
domingo, 9 de agosto de 2020
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Casi enseguida
Frente a una vidriera comentabas: Ese cuadro no es abstracto. Si lo ves bien, habla de unos pantanos donde una cigüeña mira los cuer...
-
Creo que es mejor que les cuente un poco de Carola. Una premisa que no es sencilla porque mis percepciones cambiaron con los años de manera ...
-
Vuelvo de la playa abrumado. Y lo peor no es esa sensación tan grande, lo peor es cuando la realidad te persigue y te alimenta: hoy iba por ...
-
Y desmoronado como estaba recibí el lazo sagrado. Entró en mí el juguete voluptuoso de Flavia. Y cuando entró, empecé a sentir un dolor que,...
No hay comentarios:
Publicar un comentario