domingo, 7 de marzo de 2021

Porque me hace bien.

Fui con mi padre a jugar al tenis,

después nos quedamos en el jardín de su casa.

Anochecía y desde un cañaveral los grillos 

arrancaron con su canto. Poco después, 

las primeras estrellas también se encendieron.


Quise retener cada uno de esos instantes

y por supuesto no pude. Porque, créanme, 

quería que eso dure mucho más 

de lo que estaba destinado a durar.


¿Por qué? Porque eso tenía su belleza, 

y porque me hace bien tener esa belleza cerca.

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