Ibas por nubes
de los cielos
mejor pintados.
Lo cercano tendía
a distenderse.
No tenías una exigencia
específica. Escuchabas
crecer las flores.
Solo los perros te seguían
y, sin embargo, no estaba
claro tu rumbo.
Aún te creías capaz de realizar un progreso importante. En tu infancia, un lobo marino se acercaba a tomar los peces que ponías en la ...
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