Había dos estrellas
más allá de los robles
que se veían pegadas.
Esa noche, caminaste
hasta la playa
pensando
en lo lejos que están
y en lo muchas que son.
a la espera
de lo que viene
cuando se está
en la oscuridad.
Los mismos caballos junto a espinillos como oradores al costado del camino. Y a la ida y a la vuelta, la obsesión de no pensar. También el...
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