Soñabas
con pinceladas
a un ritmo acorde
con los colores.
Querías pintar
pero te faltaban
esas tardes
frente a las montañas
esfumadas.
Los mismos caballos junto a espinillos como oradores al costado del camino. Y a la ida y a la vuelta, la obsesión de no pensar. También el...
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