En
la noche, ella se alejó
sobre
los adoquines
de
la parte antigua.
Había
parado de llover
y
la humedad ayudaba
a
oír sus pasos;
uno
a uno,
sobre
el gris reluciente,
se
acompasaban a las pequeñas olas.
Soñé que estaba en un ómnibus en una ciudad francesa —tal vez Lyon— y no sabía bien dónde debía bajarme. Después de dudar y no animarme a ...
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