Quisieras que vuelvan esos largos inviernos para sentir el aroma a leña quemándose junto a la perra pacífica en el silencio del campo helado.
Pero ese tiempo se fue con la leña de los árboles que ardieron en la chimenea. Y lo mismo esas oportunidades para descubrir infinidad de cosas.
Después, por mucho tiempo, luchaste para justificar un valor que nunca apareció, y ahora no sabrías decir por qué no adoptaste otros modos, otras formas…
¿Eran afortunados y por lo tanto debían estar agradecidos? ¿O por la gracia y la suerte de otros podían lamentarse de algo?
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