Más temprano, en la orilla, veías cómo la línea de tu caña dividía el agua.
Ella, sentada y por momentos con su rodilla tocando la tuya, miraba unos pájaros que bajaban a tomar agua, benteveos....
Los mismos caballos junto a espinillos como oradores al costado del camino. Y a la ida y a la vuelta, la obsesión de no pensar. También el...
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