lunes, 22 de agosto de 2022

Colonia Suiza

 

Ese día un perro se sumó a tu paseo por el pueblo, un San Bernardo precioso que resultó muy juguetón y fiel. Te acompañó hasta el final de la calle incluso y estuvo con vos en la orilla del lago -donde se bañó feliz un momento-, y siempre afable te volvió a acompañar a lo de un viejo que era muy tranquilo y sabio y que, pese a lo parecía, resultó también muy despierto a la hora de los negocios... Era de alguna manera un alma muy parecida a la del papa. Es que hay almas que se replican como si los seres humanos al final de todo solo fuéramos la sumatoria de las mismas cosas... Pero no, te dijiste, siempre uno tiene algo muy particular, algo muy especial que justificaría el encanto de pasar por todo lo que uno pasa...

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