sábado, 29 de octubre de 2022

Todo sería una obra de arte

 




Cae el sol. Dos cardenales saltan en el pasto. Seguro que también disfrutan de los muchos otros pájaros que en los árboles celebran el ascenso del sol. En tu cabeza van y vienen contentos por la impronta que tiene el escenario. Se termina un día de sol de invierno sin una gota de viento. Hasta donde alcanza tu vista sigue habiendo campo; pastizales y cada tanto montes de eucalipto dispersos donde en uno de ellos, el más grande, cae el sol. A tu derecha hay una fila de torres de alta tensión sobre arrozales secos. En ese lugar también se ven unos cuatro o cinco burros pastando junto a varios ñandúes. Es raro, el cielo tiene pequeñas nubes. Un águila se detuvo sobre en un poste a mirar el escenario mientras dos cigüeñas más atrás levantan vuelo. Todo sería una obra de arte si pudieras llevarla a una ciudad para que millones la vean en fila, de a poco, cada uno desde su auto.

 

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