En tu cuadro los relieves deben ser redondeados para que las palomas, cerca del tacho de basura lleguen al gato escondido detrás que espera una oportunidad. Quisiera pintarlo, te decía, de un modo infantil y tenue, como si fuera japonés porque, de lograrlo, los almacenes desiertos de mi infancia serían incluidos en un sueño donde tendría de socio a un fauno con quien iríamos felices por los caminos junto a perros intrigados y cariñosos que vendrían encantados a saludarnos.
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