domingo, 29 de enero de 2023

Misa en Aix-en-Provence

 

Catedral de Aix. Misa. Joven a cargo de los cantos. En rigor de verdad, él lleva la misa. Y lo hace a través de sus cantos. El cura parece haberle dejado el asunto de la misa. Su mujer y una criatura recién nacida están al costado junto a un matrimonio amigo que tiene dos pequeñas que juegan. La mujer está complacida con los cantos del joven. Todos lo estamos. Tiene el tipo de juventud, su mujer, que la predispone por sobre todas las cosas a ser madre. Al menos en este momento. Y ella lo es con su hijo en brazos, complacida, absorta en su terreno. El joven padre, por su parte, ha nacido para cantar y canta. Cada uno está en su elemento al fin vislumbra la llegada a Roma y toma el centro del mundo. Así de fácil. Y nosotros lo vemos. 

Después, el cura lee de un celular su sermón. Lo veo desde el otro costado de la iglesia. Estoy sentado junto a un joven taciturno. O al menos víctima de cierta angustia. Los feligreses son más que nada gente mayor. Pocos en realidad. Pero siguen al joven bastante bien y el joven, con su brazo derecho subiéndolo y bajándolo, marca los ritmos. Enfatiza sus tonos; le da más sentido a esta catedral gótica.

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