miércoles, 1 de febrero de 2023

Museo de Orsay

 

De manera rápida, si vuelvo al día de hoy, puedo decir que me gustaron mucho los cuadros de Rousseau, que conocía pero no recuerdo haber visto con tanto placer en otro lado. También un oleo de Delacroix que para mí anticipa el impresionismo y sobre todo lo que vino después. Caza del León se llama el cuadro y es de 1854.

Con Odile Redon me pasó algo similar. Sus grandes cuadros inspirados en una estética oriental son la antesala del arte abstracto.

El oso de Francois Prompon data de 1933. Con todo, creo, existe una síntesis estilística lograda y después un empuje de la industria cultural notable.

Me sorprendieron las esculturas de Gauguin. No sabía que había sido el primer europeo -creo que el cartel que lo informa no aclara que se trata del primer europeo sino que habla de un modo más general- que incursionó en la talla directa (algo imposible de comprobar que, además, ahora que lo pienso, no debe ser cierto). Las esculturas son interesantes, pero no alcanzan demasiado énfasis o entusiasmo. Son quizá demasiado primitivas sin adoptar la sobriedad y la síntesis que tiene el arte llamado primitivo que realmente asciende.


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