sábado, 4 de febrero de 2023

Debo permanecer en Madrid

Debo permanecer un Madrid porque mi vuelo está demorado unas 11 horas debido a que el avión que venía desde Buenos Aires, como tuvo un problema en vuelo, regresó a Buenos Aires, exigió un cambio de avión y recién mucho después pudo emprender viaje a Madrid. Todo esto me lo explica un español que trabaja para aerolíneas argentinas. 

Noto que todos los empleados de aerolíneas tienen acento español y me pregunto si no serán algunos de ellos argentinos, como un amigo que tengo que, de tanto vivir en España, tiene un acento que lo hace pasar por español. Luego, divago en que en realidad nadie puede decir bien qué es ser de un país -mucho menos en España- ni qué es ser algo en especial, y me pongo a pensar después en esa manía que tengo en calificar a la gente por lo que parece ser. No entiendo a qué cuestión responde, si bien últimamente, tiendo a pensar que somos en gran parte peones de cada uno de nuestros cerebros, seres que funcionan más bien como máquinas que obedecen a cierta programación. Una que adquieren sin que se pueda saber por qué. Está claro que muchas maniobras del cerebro son adaptaciones a circunstancias vividas, pero está claro también que existe un canal operativo previo que es el que fija las vías por donde discurren los hechos y eso está, en mi parecer, prestablecido por un mundo energético.

No hay comentarios:

Los mismos caballos

  Los mismos caballos junto a espinillos como oradores al costado del camino. Y a la ida y a la vuelta, la obsesión de no pensar. También el...