Veo pelícanos lanzándose en picada en busca de peces. Anochece. Estoy lejos de la costa. Tomé la determinación de nadar como el viejo que vi desde una lomada, más allá de un puerto deportivo, en Lima... Los pelícanos a veces pescan algo. Pero muchas veces no pescan nada. Miró a mis espaldas, los edificios reciben nubes cargadas de agua. Pero en mi cercanía hay un brillo más fuerte, menos cargado. Avanzo de a poco, el ruido del agua me genera un placer inmenso. Y sigo lentamente.
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