En esos días, poco después del amanecer, los gorriones buscaban semillas en el barro sin descanso, y al tiempo partían, volaban, y solo quedaba la despedida de la luz que ensayaban unas ranas.
En la orilla, veías el mar a la espera de una tormenta mientras tus hijos jugaban a un costado. Pensabas en tu padre y en sus éxitos. ...
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