sábado, 27 de enero de 2024

Troncos de un gris oscuro

 

Esas noches del fin de un verano, en las caminatas cerca del río, hablábamos de evadirnos por el campo. Lo crucial sería pintar lejos de las rutas, dijiste, ir donde no se escucha un motor por nada del mundo. Tus palabras entonces me recordaron un sueño. En una estepa helada galopaba con unos caballeros medievales, iba compenetrado con seguir hasta llegar a un bosque que, en vez de tener árboles verdaderos, tenía troncos de un gris oscuro. Parte de un decorado que había visto en una obra de teatro. En ese bosque se había guarecido un ejército enemigo. Así caía en la cuenta de que todo lo que me parecía real era la representación de una historia épica, y mi papel en la obra era ser un soldado que durante esa cabalgata cae herido mortalmente por una flecha del enemigo. Y por sobre todo, ese papel tan insignificante me generaba una angustia inmensa….

 

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