miércoles, 27 de marzo de 2024

El sol detrás ocultándose

  

Había también un ulular del viento 

sobre las casas rodeadas de enredaderas secas, 

unos pinos y cada tanto álamos 

y troncos secos entre los pastos crecidos. 

 

Unos perros le ladraban 

a las formas neblinosas del paisaje. 

 

Hacía tanto calor 

como en los días de verano 

que lograron en nosotros 

sobreactuaciones, crisis, llantos, y después 

el anuncio de una ruta mejorada. 

 

Bajo los plátanos, detrás de la iglesia, 

se puede descansar, no hacer nada,

acotaste. 

 

Ahí mismo donde ondeaban las banderas. 

Azul, negro. Un escudo con tiburones 

sonrientes. El club de pesca. 

 

El mar mantenía un tono tan gris 

que resultaba un cuerpo. 

 

De pronto, dos patos bajaron al agua.

El momento me recordó a un telón 

que descubrimos en una iglesia agrietada. 

 

Tenía ese telón lo que podría haber 

pintado en otra vida. El agua, 

los pinos, las murallas detrás 

y un camino que baja

en una leve inclinación. 

 

En el centro de ese telón, 

si todavía existe, unos gorriones

llegan a una mujer 

que levanta sus brazos.

 

Y el sol detrás está ocultándose.

 

 

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