martes, 26 de marzo de 2024

El pico del pájaro

 

A un costado, por la vereda, 

bajo las luces, dos personas 

se aproximan.

 

Un viejo y un adolescente.

 

La luna llena tiene 

un blanco transparente:

parcelas marcadas, caras 

risueñas, inalcanzables, calmas. 

 

Ciertos momentos 

se elevan sobre otros. 

 

Muchos son intrascendentes 

y otros permanecen grabados 

en una ola que desde siempre quiero pintar:

calles estrechas recorridas los días sin viento 

en la soledad que me genera estar entre gente 

sin que se escuche un pájaro. 

 

Me pasó un día de invierno. 

No se escuchaba nada,

apenas el ulular del viento,

fue como si estuviésemos cerca 

de un océano calmo y oscuro 

a la espera de un iceberg.

 

Un hielo enorme que sentía

las olas sobre su cuerpo.

 

Y para entonces no había un fruto

en el pico del pájaro 

que veíamos en lo alto. 

 

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