martes, 19 de marzo de 2024

Una señal

 

 

 

Al despertar, para serenarte, 

cerraste los ojos. Esperabas 

una señal, pero no había 

nada distinto a la oscuridad.

 

Esa luz tan deseada nunca llegó.

 

Sin embargo, por momentos veías 

el parque de una ciudad antigua

donde ya no llovía y el verde destacaba 

unos laureles rosados y blancos 

que formaban un sendero por donde 

caminabas evitando los charcos.

 

Y estabas contento: 

el viento silbaba, hacía frío 

y no había nadie en las calles.

 

 

 

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