A partir de ese día, empecé a tallar la piedra. Pero por más trabajo que hacía, la piedra casi no se modificaba. Hasta que mi insistencia generó una pequeña curva, que se hizo cada vez más pronunciada. Con entusiasmo, seguí tallando. Quería cambiar mis hábitos. Hablaba de vivir entre las flores y de la importancia de tener un mantra…
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