Y en otro sueño, según leo ahora en mi cuaderno, estaba en un museo frente a una escultura en piedra que había hecho de joven. De pie a poca distancia, entre un grupo de gente, al mirarla con detenimiento, descubría defectos en el pulido y eso me angustiaba. Como estaba exhibida, pensaba, no podía mejorarla.
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