Se posa en el puesto más alto
reservado a los pájaros celestes,
amarillos y blancos que pueblan
la península perfecta desde donde
se divisan tormentas infernales
que nunca llegan a tocar la isla.
Gracias a eso, la isla preserva
un ambiente seco y cálido.
Las desgracias en ella,
si ocurren, son olvidadas
por estar fuera de lugar.
Las hormigas durante las noches
se reducen en la misma proporción que crecen.
Lo mismo las demás especies
-y eso nos incluye a nosotros-.
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