Al despertar, para serenarte,
cerraste los ojos. Esperabas
una señal, pero no había
nada distinto a la oscuridad.
Y esa luz tan deseada nunca llegó.
Una vez más, me levanto con los ladridos del perro de un vecino que se exalta a horas tempranas. Intento seguir en mis sueños, pero son ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario