Al despertar, para serenarte,
cerraste los ojos. Esperabas
una señal, pero no había
nada distinto a la oscuridad.
Y esa luz tan deseada nunca llegó.
Estuve en la casa de las afueras de la ciudad. Durante la noche, las gotas sobre el techo de chapa siempre me producen la felicidad que ce...
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