Agradezco:
Medianoche. Dos cisnes, que cruzan el río Spree, en Berlín, se entienden a la perfección. Tal vez gracias al silencio, y por eso avanzan con modos tan gráciles. Felices. La oscuridad del río, el viento tenue que crispa tan poco el agua, el blanco refulgente en sus cuerpos, la curva de sus cuellos y la mínima velocidad con la que avanzan. Eso los deleita...
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